Guacamole (y milagro)

domingo, 20 de junio de 2010
Qué satisfacción se siente cuando vas a tu maceta y cojes cilantro que tu mismo has hecho nacer y crecer..., cuando lo tomas, aparte de lo bueno que está , aún te sabe mejor, por que te llena de orgullo y satisfacción poder decir que tu mismo lo cultivaste, jaja.

A mi padre, que odia cualquier cosa que se parezca a una especia o hierba aromática, le encantó esta receta, que llevaba bastante cilantro (cultivado por mí, por cierto...), y es que el guacamole está muy bueno siempre que tengas unos buenos aguacates, es realmente importante, y los míos no eran los mejores, pero algo se pudo hacer.


La receta que seguí fue medio de vista, medio inventada, no es un guacamole de verdad, por que tiene creme fraiche (fácilmente adquirible en cualquier gran superficie), pero ésta le da una textura y un sabor mucho más cremoso y suave, a pesar de perder color, y mucho...




Ingredientes:
-2 Aguacates
-1 Cebolla
-4 o 5 hojas de cilantro (al gusto)
-Aceite de oliva virgen extra
-1 limón
-Creme fraiche


Receta:
1-Sacar la carne de los aguacates y aplastarla con un tenedor
2-Echar la cebolla y el tomate muy picados, y después un chorro de AOVE y otro de limón.
3-Hechar el cilantro lo más picado que podamos y seguir removiendo.
4-Finalmente, hechar la Creme Fraîche (un par de cucharadas) y servir, bien en panecitos como aperitivos o como se os ocurra, pero bien fresquito.

Arroz Negro (intentando versionar a Paprica)

jueves, 17 de junio de 2010
Unos de los mejores que, a mi juicio, se pueden ver en Lugo en cuanto a creatividad y calidad (las dos juntas) es Paprica, un restaurante distinto, donde los cocineros se turnan el puesto de camarero, donde el pinche es el que decora las paredes con magníficos trazos, donde vas un día a ser deleitado con alguna maravilla y te vas con algo más, no te vas con una alegría o una satisfacción, cosas bien normales allí, sino que te llevas un pedazo de ilusión.

Allí fui con mi madre, que parece a veces demasiado extrovertida, pero a veces le ayuda, y como en esta ocasión, me ayudó a mi... Resulta que, por casualidad , mi madre alardeó de esa facilidad de palabra con extraños, y casi sin darme de cuenta acabé en la cocina, e intentando pillar algo de lo que Álvaro, el jefe o como quieras llamarlo, estaba haciendo. Entre esa productiva charla (en la que resultamos tener familiares comunes, mira lo pequeño que es el mundo), estaba haciendo el comienzo de un arroz negro que un día antes ya probara allí, y con el que disfrutara sobremanera.

En resumen, que entre toda la información que traté de pillar por allí, acabé dándole forma a esta. No me salió tan bueno como allí por que sólo tenía la información de como se hacía un poco la base del arroz, el resto traté de emplear la lógica y hacerlo según esta me dictaba.

Ingredientes:
1 sepia (le decimos al pescadero que nos guarde la tinta)
8 langostinos
1 tira fina de costilla de cerdo
300 gramos de arroz
1 cebolla
3 dientes de ajo
3 tomates maduros
1 pimiento verde
AOVE
sal

Receta:
1-Ponemos a cocer la sepia en abundante agua con sal hasta que esté bien hecha.
2-Cortamos en entre costilla y costilla la tira y salamos.
3-Picamos la cebolla, el ajo y el pimiento bien finos.
4-En una paella o el recipiente en el que vayamos a hacer el arroz, cocinamos con un poco de aceite las costillas.
5-Retiramos las costillas y añadimos al mismo recipiente las verduras hasta que se pochen bien, sin demasiado calor, durante 20 minutos.
6-Subimos el fuego y echamos los tomates en cuartos y partiéndolos con la cuchara y dejamos cocer hasta que se seca todo.
7-Agregamos la sepia en dados anchos, la costilla y luego el arroz, dejando que se impregne un poco de la mezcla y dándole calor.
8-Después, con el caldo de la cocción de la sepia, mojamos el arroz (600 ml. o 900 ml. si es Bomba) y dejamos cocer durante 18 minutos, los 5 primeros minutos a fuego vivo, los 5 siguientes a medio y el restante a fuego bajo, dejando reposar después de hecha unos minutos con un trapo limpio encima.

Tempura de sardinas.

Ahora que llega el San Juan, empiezan a venir las ganas de unas buenas sardinitas, pero como ya estaba un poco cansado de tomarlas como toda la vida, pues preferí darles un toque distinto, aún a riesgo de que parezca un sacrilegio tratar así a este magnífico pescado, pero la verdad que salieron super sabrosas. La  tempura suavizó un poco el fuerte sabor del pescado e hizo que por dentro no se quedaran secas, dejándolas crujientes por fuera, pero absolutamente tiernas por dentro.


En cuanto a la receta poco puedo aportar, lo que me pareció interesante para colgarla fue la aplicación de la tempura a un pescado el cual nunca viera hecho de esta manera...



Ingredientes:
Sardinas
Agua
Harina

Elaboración:
Hacemos la tempura en un bol con un puñado grande de harina y le hechamos agua MUY fría (la podeis meter en el congelador un rato o como veais, pero tiene que estar muy fría para conseguir ese efecto crujiente) a golpes y sin remover demasiado hasta que conseguir una textura espesa (sin ser masa, claro) pero con algún grumo en la harina.

Preparamos el pescado desescamádolo muy bien (para poder comer la piel), luego lo salamos, lo pasamos por la tempura dejando que escurra lo menos posible y freír en aceite lo más caliente posible hasta que dore la tempura.